El punto de partida de la ruta es la plaza de María Auxiliadora, más conocida en Ronda como plaza del Campillo. Se ubica en un lugar emblemático del casco histórico de la ciudad, rodeada de bellos edificios como el antiguo colegio de Santa Teresa, hoy reutilizado como conservatorio de música, o la casa de los Martos, con bellos jardines en la cornisa del tajo. En la misma plaza hay una fuente, una estatua de D. Bosco y zonas ajardinadas donde destacan dos pinsapos, abeto endémico de la Serranía de Ronda. Desde los miradores se observa un panorama esplendido del tajo de Ronda y de las montañas del macizo de Libar, alineadas junto al río Guadiaro, del que es cabecera el río Guadalevín, responsable del cañón que divide a Ronda en dos partes.

Comenzamos descendiendo por el camino de los Molinos a través de un amplio sendero empedrado, rodeados de almendros y una amplia gama de plantas multicolores, sobre todo en los meses primaverales.

Continuamos la bajada por la “cuesta del Cachondeo”, llamada así jocosamente, por lo sinuoso de su trazado. Ahora dejamos a la derecha la casa de Manolillo, desde donde se puede acceder por un vertiginoso sendero, previo permiso de la propiedad, a la base del Puente Nuevo. Algo más abajo nos topamos con una bifurcación: el camino de la izquierda pasa bajo la Puerta del Viento y se alarga hasta el barrio de San Francisco pasando junto a la Picha del Moro, un monolito pétreo donde abundan los fósiles marinos; el de la derecha, que es el que debemos tomar, accede a las murallas medievales y al Arco del Cristo, de indudable factura árabe. Desde este mirador natural podemos admirar el Puente Nuevo –obra maestra de ingeniería de su tiempo, inaugurado en el año 1793, después de más de 40 años de trabajos. Tiene una altura de 98 m y en su interior se puede visitar el centro de interpretación de este magnífico monumento, símbolo de la ciudad de Ronda– y el desfiladero por donde corre el Guadalevín, además de las impresionantes cornisas donde se asienta la ciudad, destacando la curiosa Asa de la Caldera, fruto de la erosión sobre los materiales geológicos más blandos.

El camino prosigue bajo el Arco del Cristo hacia los derruidos molinos de harina, que fueron abandonados tras un terremoto acontecido en 1917, en el que murieron dieciséis personas; pero nosotros vamos a buscar un hueco en la muralla, de donde parte un sendero en franca bajada, hasta el carril empedrado que se dirige a la central eléctrica. Una vez aquí, tomamos a la derecha y seguimos descendiendo hasta toparnos con unos enormes nogales, tras los cuales aparecen un par de molinos restaurados con fines turísticos. Unos metros más abajo debemos abandonar el camino que llevamos y tomar un carril hormigonado a la izquierda, aunque merece la pena bajar hasta la central para disfrutar del paisaje circundante y comprobar hasta donde llegaron las aguas del Guadalevín el día 27 de septiembre de 1949.

Pronto vadeamos el río por un puente y nos encaminamos a la Hoya del Tajo, donde proliferan las casas de labor. El mosaico de árboles frutales, acequias y huertas es fruto de la huella musulmana en Andalucía, palpable no sólo en estos aspectos, sino en otros como la arquitectura, gastronomía, fiestas, etc. El siguiente hito es la casa de Luís o Huerta de la Torre, muy peculiar por la torre de piedra adosada a la misma, donde igualmente podemos ver una hornacina que vela una imagen de la virgen de la Inmaculada, en cuyo honor se celebra una romería en el mes de mayo.

Unos metros después dejamos un carril a nuestra izquierda y seguimos en leve subida, entre huertos, olivares, naranjos y hasta algún pero, una rica variedad de manzana típica de la zona. En este nuevo tramo, las panorámicas se despejan y nos permiten vislumbrar a la izquierda, identificable por la línea de pinos piñoneros, el lugar donde se halla la ermita rupestre de la Virgen de la Cabeza. En el otro extremo, bajo los cortados del tajo se adivina el antiguo convento de los Carmelitas Descalzos, que ahora alberga las instalaciones de la bodega Los Descalzos; las viñas que se expanden por la zona pertenecen a dicha empresa. Casi sin darnos cuenta y tras un repecho, accedemos al puerto de las Muelas, desde aquí se aprecia en toda su magnitud el Tajo de Ronda, la Hoya del Tajo y el barrio de San Francisco. Desde este punto buscamos el sendero que remonta a la derecha, señalizado con una tablilla del PR-A 253 Ronda-Benaoján y del GR-7 E-4 Tarifa-Atenas, con los que coincidimos. Continuamos subiendo, con el pinar a un lado y el cortado al otro; ahora son las estepas, el romero, las retamas, el tomillo y el esparto quienes toman el relevo en la cubierta vegetal. El sendero afluye a un carril, que debemos tomar en sentido ascendente. La presencia de la conocida curva del 113, en la carretera A-374 Ronda-Sevilla, nos indica la cercanía del final de nuestra ruta, que se produce al llegar a la barriada del Doctor Vázquez, a continuación podremos gozar desde los miradores de una vista aérea de la casi totalidad del recorrido.

Ruta realizada con la Gran Senda de Málaga. Diputación Provincial de Málaga. Para ello entramos en Ronda por la carretera autonómica A-6300. Comenzamos la ruta desde la Estación de Servicio San Francisco de Cepsa. Buscamos la Puerta de Almodóvar del Siglo XVIII, subimos a la muralla, pasamos por el Corralón de la Muralla, Cuesta de las imágenes, Plaza Duquesa de Parcent, Palacio de Mondragón. Plaza de María Auxiliadora, con unas vistas impresionantes del Tajo de Ronda, Sierra de Grazalema, etc. Desde la base del Puente Nuevo, contemplamos la inmensa mole de roca, donde se asienta Ronda. Bajamos, zigzagueando por la Cuesta del Cachondeo. Atravesamos “la Puertas del Viento”. Adentrándonos en el Camino de los Molinos, paralelo al rio Guadalevín. Atravesamos el Puerto de la Muela, para continuar por la Cañada Real del Campo de Gibraltar. Andamos un poco por la carretera MA-7401. Nos encontramos con el río Guadiaro. Pronto cruzamos las vías de ferrocarril de Algeciras-Ronda. Seguimos por el Sendero GR-7, junto al Cortijo Grande frente las Mimbres. Enlazamos con el Camino de Grazalema. Tras una pronunciada subida, pasamos por una pequeña cortijada y un pequeño santuario, junto al Cerro del Algarrobo. Ya estamos en el Municipio de Montejaque. A unos 200 metros nos topamos con la Ermita de la Escarihuela. Unos metros más, aparece Montejaque, bajo la mole del Cerro del Hacho. Descendemos en zigzag hasta él pueblo, donde damos por concluida esta preciosa ruta.

Iniciamos la ruta ya a las afueras de Ronda (barrio de San Francisco), donde se inicia el carril que lleva a la ermita de la Virgen de la Cabeza, bien señalizado; pero inmediatamente nos desviamos a la izquierda siguiendo el GR-141 o Gran Senda de la Serranía de Ronda, que coincide con el SL-A40 hacia el Tajo del Abanico, también bien señalizado. Al principio nos encontramos con un amplio carril hormigonado con bastante movimiento de coches, hasta que tras sucesivos desvíos y cancelas entramos en una vereda mucho más agradable (camino de Sijuela), apareciendo los primeros cortados y profundos barrancos. El camino se vuelve empedrado cuando entramos de lleno en la zona más bonita, con miradores sobre los farallones llenos de surcos por la erosión. Bajamos hasta el cauce del arroyo de la Sijuela y entre los tajos que casi podemos tocar, llegamos a la cueva del Abanico, frente a la cual avanza como la proa de un barco uno de los cortados más llamativo, formado por una asociación de rocas sedimentarias (areniscas y conglomerados sobre todo) conocida como molasa. Aún andaremos un poco más para disfrutar de las vistas contrarias al regreso que resultarán novedosas con nuevas luces y contrastes. Un lugar con sus leyendas, elegido por cineastas para tomas y planos de sus rodajes.

El Sendero Ronda – Cartajima - PR-A 221 tiene su inicio en la calle San Acacio, en el barrio de San Francisco de Ronda. En principio se trata de un carril que se dirige hacia el Sur, buscando el arroyo de las Culebras.

Trascurridos unos trescientos metros encontraremos, a nuestra derecha, la Fuente de la Acacia, continuamos de frente hasta pasar bajo el viaducto de la carretera de circunvalación de Ronda, donde podremos ver una antigua noria que se utilizaba para la extracción de agua. Esta zona está muy urbanizada y en ella abundan pequeñas parcelas y huertos.

Seguimos este carril hasta llegar al arroyo de las Culebras, trascurridos un kilómetro y medio desde el inicio del sendero. Tras vadear el arroyo, subir la fuerte pendiente hasta llegar a una zona de dehesa, donde se encuentra el cortijo de Pereira. Continuar por la vereda que discurre junto a la alambrada, a nuestra derecha. Esta estrecha senda, ascendente, desemboca en una pista más ancha que nos conduce al cortijo del Canalizo, dónde cruzaremos la pequeña portada, especialmente habilitada para el paso de senderistas. Continuamos a media ladera por un encinar, dejando el cortijo a nuestra derecha.

Pasado el cortijo ascendemos hasta la Cancha de Pinea, desde aquí podremos observar formaciones típicas de modelado kárstico, donde destaca una gran dolina al pie de la Cancha de Almola. Rodeamos esta dolina, dejando a la izquierda los impresionante farallones calizos y continuamos hacia el oeste, buscando el puerto, único paso practicable entre los cerros de Almola y Jarastepar.

Una vez alcanzado el puerto podremos divisar el espectacular paisaje del valle del Genal y los macizos montañosos de la Sierra de las Nieves, el Torrecilla, el Cascajares, Sierra Palmitera, Sierra Bermeja y Sierra Crestellina. El valle está cubierto de un frondoso bosque con una gran variedad de especies entre las que destacan: castaños, alcornoques, encinas, quejigos y pinos, aportando al entorno una variedad cromática increíble y diferente en cada estación del año.

Desde aquí comienza el descenso hasta llegar a la carretera, que cruzaremos, para tomar un sendero que nos llevará al Pilar de la Higuera, donde hay un abrevadero para el ganado. Continuamos atravesando el llano para volver a salir a la carretera y subir por un carril que conduce al depósito municipal de agua. Por último tomaremos un pequeño camino empedrado que nos llevará al bonito pueblo de Cartajima.

Esta corta caminata hasta la parte inferior del Puente Nuevo ofrece un fuerte contraste con la vista desde la parte superior del puente. Comience en el extremo sur de la Plaza de María Auxiliadora y disfrute de maravillosas vistas en el camino hacia abajo. En la parte inferior, es posible caminar directamente debajo del puente.

Notas

La pista tiene líneas extrañas porque el gps busca mucho una señal debajo del puente y cerca del acantilado. La ruta es obvia cuando la caminas.

Hay lugares con pendientes pronunciadas cerca del final del sendero donde se debe tener precaución, especialmente con los niños.

Camina 7 de una caminata de largo recorrido por la Serranía de Ronda

De nuestra revista:

Nuestro último paseo por Ronda fue bajo el Puente Nuevo. Esta área también tiene un vínculo literario. Hemingway modeló un incidente en “Por quién doblan las campanas” sobre hechos que supuestamente ocurrieron en Ronda durante la Guerra Civil española.