No se sabe con certeza cuando se construyó, seguramente entre los siglos noveno y undécimo. Ocupó una superficie de unos 4000 metros cuadrados. Disponía de agua procedente de la acequia, que le llegaba a través de un pequeño acueducto. Esta importante defensa fue destruída por los ejércitos cristianos en 1569, según las crónicas, por orden de Don Luis de Requesens, Comendador Mayor de Castilla, con el beneplácito de Felipe Segundo, que deseaba acabar con todo lo que le recordara la rebelión de los moriscos. Ubicado en lo alto del pueblo, únicamente quedan de él restos de su cimentación y parte de la rampa de acceso.
EL CASTILLO DE LÍZAR EN LA ACTUALIDAD.
Actualmente del Castillo de Lízar apenas quedan algunos restos. Se trata de un muro de 4 metros de largo por 2,5 de ancho y parte de la rampa de acceso.
A pesar de esto, los restos cuentan con una protección especial por ser considerado Patrimonio Histórico Español.
Para subir al Castillo de Lízar es necesario acceder por la parte trasera del Palacio de los Condes de Frigiliana.
Desde aquí es donde comienza una ruta empedrada que nos regalará unas vistas excepcionales.
Frigiliana, la Sierra de Almijara, el Mar Mediterráneo y el municipio de Nerja a vista de pájaro.